MUNDOFILTRO
Kyle ChaykaComo un Dios ubicuo, los algoritmos están colonizando todos los
ámbitos de la experiencia humana. Desde la estética de los restaurantes
de moda hasta la creación literaria, pasando por las amistades, la
música que escuchamos y los contenidos de TikTok, Netflix e Instagram,
las recomendaciones basadas en la extracción de datos influyen cada vez
más en nuestros gustos e intereses. Las plataformas digitales prometen
una oferta personalizada, pero lo cierto es que en muchos sentidos la
cultura que consumimos y producimos se ha vuelto genérica, insípida y
conformista: para todos y para nadie. De ahí que urja preguntarse: ¿qué
libertad nos queda cuando las opciones se eligen previamente en nuestro
nombre? ¿Cómo podemos sustraernos al poder del algoritmo?